Los adolescentes de estos tiempos muestran un patético desinterés por todo aquello que pudiera beneficiarles a largo plazo, apatía por todo aquello que implique esfuerzo y perseverancia. Para los educadores es difícil lograr la atención de sus discípulos y más aun cuando se trate de los que han llegado cerca de la frontera de la mayoría de edad.
Para lograr un poquito de atención muchos
recurren a GRITAR, alzar frenéticamente la voz, ya que para un porcentaje elevado
de adolescentes, niños y niñas, la única forma de que presten una migaja de atención
es GRITARLES. En el hogar es normal que su madre le GRITE, su padre le GRITE,
sus hermanos les GRITEN, en las aulas el profesor les GRITE para despertar su interés y atención, es que se
han acostumbrado de manera natural a reaccionar y hacer algo solo cuando se les
GRITA, adornando de cuando en vez alguna expresión con una que otra buena mala
palabrota.
¿Por qué GRITAR? para atraer su atención,
desde el seno del hogar están condicionados para actuar solo de esta manera, no
aprendieron otra forma y esto se manifiesta naturalmente en el aula de clases. Para
aquellos que no practicamos ese método, se nos hace incomprensible que deba ser
así, es el método por excelencia que a muchos les funciona, desgraciadamente.
Debo decir en honor a la verdad que no
todos entran en el mismo paquete, algunos tienen otras costumbres, otros
valores y formación y esa minoría te reclama y te dice “¿Por qué me GRITAS?”. Cambiemos
ese patrón desde el mismo seno familiar para que no se repita, practiquemos la serenidad y la
paciencia para construir entre todos un mejor futuro.
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